Viaje a Huangshan

Cualquier descripción que puedas leer u oír se queda corta con la impresión que uno se lleva cuando visita Huangshan.

Ni el frío propio de la montaña ni el cansancio de subir miles de escalones te quitarán la motivación de seguir avanzando en la ruta; especialmente cuando empieces a alcanzar los primeros picos y quedes totalmente asombrado por las inmejorables vistas que estas montañas ofrecen.

La aventura comienza, como siempre, en una estación de tren en Shanghái. Puedes coger el “high speed train” que te llevará en unas cuatro horas largas o el tren lento, que tarda unas 12 horas y tiene la opción de viajar durante la noche y dormir en él. Yo personalmente probé la opción rápida a la ida y la lenta a la vuelta, siendo esta segunda más barata y, aunque las primeras impresiones no son buenas, tras dos o tres días en la montaña, levantándome a las 4h-5h de la mañana y alimentándome solo con agua y Oreos (luego os explicaré por qué), creedme que dormiréis como bebés en esa tabla a la que llaman “cama”.

También tienes la opción de unas 6 horas y media de autobús o una hora en avión. Tú decides.

Lo ideal es pasar al menos una o dos noches. Yo pasé una en el pueblo al lado de la montaña y otra noche en la cima de la montaña. A menos que hagas camping, pasar la noche en un hotel en la montaña es bastante caro, aunque si quieres disfrutar del día y, sobre todo, ver el amanecer (5:00), es la única opción.

Al igual que el hotel, la comida, bebida y demás cosas que necesitéis tienen un precio prohibitivo debido a que lo suben “a hombro”.  Con la siguiente foto entenderéis a lo que me refiero:

Una vez pasas “el primer tramo”, las montañas ofrecen distintos puntos de subida y bajada, por lo que puedes descansar disfrutando en todo momento de espectaculares vistas y continuar subiendo para ver otros picos.

Os dejo algunas imágenes que hablan por sí mismas:

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