Tras darme cuenta de que más de la mitad de mi estancia en Beijing había pasado, el fin de semana me dediqué a tachar de la lista de “lugares que visitar” el mayor número posible de sitios.
Uno de los lugares que visité fue el Templo de Lama; un templo budista situado al norte de la ciudad. Además de sus increíbles edificios y obras de arte, el incienso y la gente rezando lo hacían aún más impresionante. Una vez visitado el templo, caminé apenas cinco minutos para entrar en otro, el Templo de Confucio. Este templo es el segundo más grande del país entre los dedicados a Confucio. Si bien es cierto que no cuenta con impresionantes Budas como el anterior; es, sin embargo, un interesante acercamiento a la cultura China, en la cual Confucio y sus enseñanzas ocupan un destacado lugar.
Una vez vistos los dos templos, disfruté de un paseo por varios hutongs antes de dirigirme a las Torres del Tambor y de la Campana..
En la entrada anterior comenté que había visitado el hutong de Nanluoguxiang, y lo mucho que me había llamado la atención el contraste del mismo con la zona más nueva de la ciudad. En este caso, disfruté aún más de los hutongs, ya que no había la cantidad de turistas, tiendas, restaurantes y bares que sí encontré en Nanluoguxiang.
Tras pasear por varios hutongs. Me dirigí hacia las Torres del Tambor y de la Campana. En este caso, a diferencia de los templos, me limité a verlos desde fuera. Situadas una frente a la otra, ambas cuentan con mucha historia. La Torre del Tambor cuenta con una veintena de tambores que se utilizaban para marcar las horas del día. En el caso de la Torre de la Campana, en su interior se encuentra la campana más grande de Beijing, con más de 7 metros de altura, la cual anunciaba la llegada de las siete de la tarde hasta el año 1924.
Otro de los lugares que conseguí tachar de la lista fue Shichahai; una agradable zona al norte del centro de Pekín, compuesta por tres lagos: Houhai, Beihai y Xihai.
El lago Beihai, se encuentra dentro del parque al que da nombre, y es el lugar perfecto para descansar del tráfico y las aglomeraciones de la ciudad. Dentro del mismo, se encuentran algunos templos budistas, como es el caso del Templo Yong’an y el Templo Chanfu. A su vez, en la isla central del lago se erige la dagoba blanca, construida en 1651 con motivo de la visita del Dalai Lama a Beijing.
El lunes comenzó la última semana de trabajo, es increíble lo rápido que pasa el tiempo cuando estás viviendo y disfrutando de retos y vivencias tan distintas a las que uno está acostumbrado.
El miércoles un compañero de trabajo sugirió que fuéramos después de trabajar a un restaurante mexicano en el cual cada miércoles tiene lugar un quiz entre equipos. El restaurante se encuentra en Sanlitun, y la verdad es que nos lo pasamos muy bien, aunque, siendo sinceros, no quedamos en muy buena posición.
El viernes, fue el último día de trabajo, y ahí es cuando eres realmente consciente de que esta experiencia ha llegado a su fin con las primeras despedidas en la oficina. El último fin de semana me dediqué a aprovechar los últimos días para ver lo máximo de la ciudad, y a disfrutar de cenas, salidas nocturnas y demás con la gente maravillosa que he tenido la oportunidad de conocer.
No quisiera terminar esta última entrada sin agradecer a CRCC Asia por esta maravillosa oportunidad que he vivido gracias a la beca que me concedieron: y, recomendar a todo aquel que se esté planteando el llevar a cabo esta aventura, que no lo dude y la viva por sí mismo/a; que, sin duda, es una experiencia inolvidable tanto a nivel personal como profesional.
Zâi jiàn!
The post Semana 3: Beijing appeared first on CRCC Asia.
No comments:
Post a Comment