Érase una vez… ¡China!

No era consciente de lo fascinante que podía llegar a ser. Creo que todavía no he llegado a darme cuenta de lo que estoy viviendo. Nueva cultura, nuevas costumbres, nueva experiencia. China lo tiene todo. Aunque si fuera un poquito más pequeña podría tener suficiente tiempo para recorrerla entera.

Me llamo Anna y soy de Girona, aunque desde hace unos días mi vida se ha trasladado a Shenzhen. Shenzhen es una gran ciudad localizada al sur de China, muy cerca de Hong Kong. Lo curioso de esta ciudad es que solamente tiene 30 años de historia y que fue construida básicamente para la instalación de negocios y extranjeros.

Shenzhen es la evolución edificada, es el claro ejemplo de como un pueblecito de pescadores se convierte en una enorme ciudad. Sin embargo, encontrar a una persona que sea capaz de defenderse en inglés es casi imposible. De este modo cada día es una aventura. Como la gente no entiende lo que intentas expresar, nunca sabes a dónde te diriges, qué vas a comer o qué precio tienen las imitaciones en los mercados. Todo es muy curioso y para nada me lo había imaginado de esta forma. ¡China nunca deja de sorprender!

Los participantes del programa de prácticas trabajamos en una empresa de lunes a viernes. Los horarios son distintos en función de quién supervise el trabajo que se está haciendo.

En mi caso, empiezo a las 8:30h y termino a las 17:30h, con una hora de descanso para comer y hacer la siesta (literalmente). El primer día de trabajo puede que sea el más cansado. Te presentan a todos los compañeros de la empresa en la que estás, y claro, sus nombres son en chino. Aquí ya tenemos el primer problema. Pero entonces viene otro: el momento de repartir las tarjetas personales. Veréis, en China los contactos que se puedan hacer son el pan de cada día. Sin contactos no eres nadie, y por eso cada persona debe disponer de tarjetas personales. Lo que pasa es que cuando te dan una tarjeta debes mostrar aprecio y comentar alguna cosa bonita. Y os aseguro que es más difícil de lo que parece.

Ésta es otra manera de vivir, y será mi mundo durante los próximos dos meses y medio. Un lugar donde el calor que hace no deja ni respirar. Y hablando del calor… me han dicho que en España se han registrado las temperaturas más altas desde hace algunos años. Os recomiendo refrescaros si queréis saber qué otras aventuras me esperan en China.

Anna Torrecillas.

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